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05 jul 2025
Psicología
A nadie le gusta perder y por esto muchos traders hacen grandes esfuerzos para evitar las pérdidas. Sin embargo, la aversión a las pérdidas también es responsable de la mayoría de los errores en el trading. Los traders tienden a prestar más atención a las pérdidas potenciales que a las ganancias equivalentes, lo que perjudica su toma de decisiones lógica.
Todos los participantes del mercado, ya sean traders intradía frenéticos o administradores de portafolios de instituciones más grandes, ocasionalmente ven una posición en rojo en la pantalla. Las pérdidas son naturales y no pueden eliminarse por completo. Lo importante es que sepas encontrar la razón de la pérdida y aprendas a evitarla en el futuro.
La aversión a la pérdida es un fenómeno descubierto en 1979 por los psicólogos Daniel Kahneman y Amos Tversky como parte de su teoría del sesgo de perspectiva, un tratado que transformó el pensamiento económico. Sus estudios mostraron que el impacto psicológico de perder $100 es mucho mayor que el placer de adquirir la misma cantidad. En otras palabras, una persona sufre más por una pérdida que el placer que obtiene de una ganancia equivalente.
Sus mediciones de la asimetría causada por la aversión a la pérdida arrojaron una proporción aproximada de dos a uno:
El valor subjetivo de la pérdida es aproximadamente el doble que el de la ganancia correspondiente.
Investigaciones posteriores reprodujeron estos hallazgos en otras culturas y clases de activos, confirmando la persistencia y profundidad del sesgo en la mente humana. Podemos ver esta asimetría tanto en las pantallas de las plataformas de trading minoristas como en las salas de juntas de los inversores institucionales. Esta asimetría afecta la asignación de activos, los presupuestos de riesgo e incluso las asignaciones macroestratégicas.
A nivel de cartera, la aversión a las pérdidas causa un efecto de disposición, donde un trader tiende a mantener las posiciones perdedoras por demasiado tiempo y realizar la venta de las ganadoras prematuramente.
Esto distorsiona la distribución de la ganancia a lo largo del tiempo y daña la rentabilidad general. Además, este sesgo fomenta un trading excesivo: cuando el trader cierra una operación no rentable, realiza más operaciones forzadas para recuperar la pérdida de inmediato. Tales acciones pueden llevar a pérdidas mucho mayores y comisiones adicionales de forma directa.
Cuando los traders están desesperados por evitar arrepentimientos a toda costa, la situación puede empeorar aún más. Pueden abstenerse de hacer trading con activos de sectores innovadores, o activos que no son tan populares en la comunidad, ya que equivocarse es inaceptable.
Los inversores institucionales no son una excepción: los comités de riesgo reducen los límites de valor en riesgo (VaR) para los mercados volátiles no solo porque la volatilidad es necesaria, sino también porque recuerdan la agonía de caídas pasadas. Esto daña la diversificación del portafolio, limita las posibilidades y reduce el crecimiento total a largo plazo.
Aferrarse a una posición perdedora
Un ejemplo común y vívido es aferrarse a una posición perdedora. Un inversor puede conservar un activo que perdió valor, esperando que eventualmente se recupere. Esto se llama la "falacia del costo hundido".
Vender significa aceptar una pérdida, ¡y una pérdida es muy difícil de soportar! Como resultado, el perdedor puede aferrarse a las acciones perdedoras durante demasiado tiempo y, a veces, sufrir pérdidas aún mayores.
Tomar las ganancias demasiado pronto
La aversión a las pérdidas también hace que los traders obtengan ganancias pequeñas demasiado pronto. Si compras un activo a $50, esperando que suba a $60, puedes cerrar tu posición en $55 porque temes que esta pequeña ganancia desaparezca.
Cuando temes perder más de lo que disfrutas tus ganancias, puedes tender a cerrar operaciones apenas ves un pequeño beneficio y perderte algo más.
Aversión al riesgo
Otro ejemplo es cuando un trader no asume ningún riesgo, incluso si se requiere. Un trader no puede entrar en una operación bien diseñada por temor a una pérdida, incluso si el análisis predice que es posible lograr ganancias. Este sesgo puede conducir a oportunidades perdidas y a rendimientos más bajos.
Aunque la aversión a la pérdida es muy natural y está comprobada en múltiples estudios, hay algunos pasos prácticos que puedes tomar para limitar su impacto en tus decisiones. Las reglas y la disciplina preestablecidas son cruciales y necesarias.
Un plan de inversión basado en reglas fomenta la objetividad.
Por ejemplo, una regla puede indicar que si el precio de un activo baja un 7% desde el precio al que lo compraste, deberías cerrar la operación sin importar qué. Por otro lado, puedes aplicar los conceptos de take profit o trailing stop para asegurar la ganancia.
Consejos que te ayudarán a minimizar el impacto de la aversión a la pérdida
Usa stop loss estrictos y niveles de salida para cada operación. Una orden stop loss venderá automáticamente la posición cuando caiga a un precio predeterminado, lo que te hará cortar su pérdida en lugar de mantener una operación perdedora por esperanza o miedo.
Sigue tus reglas predeterminadas de salida para eliminar las emociones de tu toma de decisiones. Siempre debes hacer lo que tu plan te indique, no lo que te dicte tu aversión a la pérdida. Haz que tus reglas sean innegociables y cúmplelas. Esto te ayudará a evitar todos los conflictos internos que surgen por tu incapacidad para aceptar la pérdida en una operación perdedora.
Analiza cada operación después de completarla. Determina si el miedo a la pérdida afectó tus acciones y refuerza los buenos hábitos.
Diversifica tu portafolio para limitar el impacto de una sola posición perdedora.
Aplica disciplina para superar tu aversión a la pérdida.
Cultiva la autoconciencia manteniendo un diario de trading.
Cómo un diario de trading puede mejorar tu estrategia
Utiliza tu diario de trading para registrar:
Cada operación.
Razones para entrar a una operación.
Salida prevista.
Tus sentimientos.
Si documentas las razones de tus acciones y sus resultados, y revisas el diario de vez en cuando, aprenderás a reconocer tus patrones de comportamiento, incluidos aquellos que sigues para evitar pérdidas. Por ejemplo, puedes notar que sigues preguntándote si deberías vender activos con un precio en caída o asegurar ganancias por adelantado. Reconocer hábitos como estos es el primer paso para eliminarlos.
Los mercados premian la disciplina, no la bravuconería. La aversión a la pérdida es parte de la psicología humana, pero es posible evitar que dicte cada decisión de trading si entiendes la importancia asimétrica de las pérdidas y ganancias, e implementas las herramientas y patrones que te ayudarán a limitar el impacto de la aversión a la pérdida.
Claro, si superas este sesgo, no necesariamente estarás construyendo una base para tu futura ganancia a largo plazo. Pero esto eliminará un factor crucial que puede dañar tu rentabilidad.
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